maceta tigre

El tigre en las macetas de bonsái

El tigre en las macetas de bonsái

 

El tigre —tora (虎) en japonés— es una figura recurrente en el arte de Japón desde tiempos remotos, con representaciones que se remontan, al menos, al siglo VII. Como era de esperar, su presencia también se extiende al mundo de la cerámica y, en particular, a las macetas de bonsái tanto japonesas como chinas.

En Oriente, la imagen del tigre varía notablemente según la tradición cultural:

China:
En la pintura china, los tigres suelen representarse con rostros redondeados y planos, cuerpos robustos y colas relativamente cortas. Estas figuras evocan la idea de generosidad y poder sereno.

 

Un par de macetas para cascada de origen chino. Del horno Zhang Zhicheng. Con una serigrafía de tigre y una altura de 21 cm. Colección Laos Garden.

Los llamados Sì Xiàng, o cuatro símbolos del zodíaco chino, son criaturas míticas vinculadas a los cuatro puntos cardinales y a las estaciones. Cada una custodia un ámbito del cosmos: el Dragón turquesa del Este, el Pájaro bermellón del Sur, el Tigre blanco del Oeste y la Tortuga negra del Norte. A diferencia del conocido ciclo de los doce animales, asociado al año de nacimiento, estos emblemas se relacionan con las direcciones, las estaciones y los elementos que estructuran el mundo.

Corea:
Para los coreanos, el tigre es un ser cercano al ser humano y, por lo general, se le glorifica. En el arte de Corea del Sur, su presencia puede simbolizar la flexibilidad y la actitud adaptable ante la vida.

Japón:
Aunque el tigre no es autóctono de Japón, su imagen cautivó profundamente la imaginación de artistas y artesanos. A lo largo de los siglos, se produjeron infinidad de representaciones, muchas de ellas creadas sin haber visto nunca un ejemplar real. Los primeros pintores japoneses siguieron los modelos chinos, donde el tigre poseía un fuerte simbolismo religioso y cosmológico.

Una de las imágenes más emblemáticas del arte japonés es la escena conocida como «El tigre que emerge de una arboleda de bambú». Este motivo, ampliamente reproducido, utiliza el bambú como escenario natural, creando una atmósfera muy distinta de las representaciones coreanas, donde predominan los pinos como fondo.

Tigre en arboleda de bambú

 

Tras la Reforma Meiji, la iconografía del tigre en la pintura japonesa adquirió un carácter más fiero y enérgico. Estas representaciones, cargadas de dramatismo, comenzaron a reflejar no solo la individualidad del artista, sino también valores asociados al bushidō. En el imaginario japonés, el tigre encarna la fuerza, el coraje, la elegancia y la longevidad; además, la tradición le atribuye la capacidad de alejar enfermedades, espíritus malignos y la mala fortuna.

En la mitología asiática, el tigre forma a menudo una poderosa pareja simbólica junto al dragón, estableciendo un equilibrio entre fuerzas complementarias que ha inspirado innumerables obras de arte, incluidas piezas cerámicas y decoración en recipientes tradicionales.

 

En la tradición asiática, el tigre se asocia con el yin, el principio femenino, así como con el otoño y el viento. El dragón, por su parte, representa el yang: es creador de nieblas y lluvias, y se vincula a la primavera y al renacimiento de la naturaleza. Ambos símbolos conforman un equilibrio esencial, casi como confrontar cielo y tierra.

Tigre y dragón suelen aparecer emparejados precisamente porque encarnan fuerzas opuestas y complementarias. En la cultura japonesa, estas imágenes están profundamente ligadas a las artes marciales, donde se les presenta como dos rivales de poder equivalente. No son antítesis absolutas, sino entidades potentes que emplean estrategias distintas para alcanzar un mismo propósito: la victoria.

Cuando se representan como yin y yang, el dragón se sitúa tradicionalmente a la derecha y el tigre a la izquierda, un orden destinado a armonizar viento y agua y, con ello, propiciar un mundo equilibrado y pacífico.

Como se mencionaba al inicio del artículo, la iconografía del tigre varía notablemente según la región de Asia en la que se origine, y estas diferencias se reflejan también en la decoración cerámica y en las piezas destinadas al bonsái.

Maceta china de la casa Chang Qing. El tigre sube a una rama de pino.

Maceta japonesa del famoso autor de Tokoname Ikko. Edición limitada presentada en caja de madera (Kiribako). Pintada por Setsudo Kodou (Kodo).

 

 

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